Ana había soñado con expandir su pequeña panadería desde hace años, pero siempre se había topado con la misma barrera: la falta de financiamiento. Su negocio, aunque exitoso a nivel local, necesitaba más espacio, equipo y personal para poder crecer. Fue entonces cuando decidió acercarse a Solfinsa.

Con el apoyo de un crédito adaptado a sus necesidades, Ana pudo comprar un nuevo horno industrial, ampliar su local y contratar a más empleados. En tan solo unos meses, su panadería comenzó a recibir más clientes y pedidos, llegando incluso a distribuir productos a tiendas en otras ciudades. Lo que alguna vez fue un pequeño negocio, ahora era un emprendimiento en pleno crecimiento.

Gracias al crédito que recibió de Solfinsa, Ana no solo logró cumplir su sueño de expansión, sino que también pudo generar empleo en su comunidad. Hoy, su panadería es un referente local y sigue creciendo, demostrando que con el apoyo financiero adecuado, cualquier negocio puede alcanzar nuevas alturas.